martes, 30 de enero de 2007

las amigas de Montreuil

Reflexión: Un gran ejemplo de práctica de madurez activa

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LA ESTIMULANTE HISTORIA DE “BABAYAGAS”

Baba Yaga, es un cuento ruso con una bruja, y todo.... Ahora, surge el ejemplar “Babayagas", en Francia. Suzanne, 72 años, Thérèse, 76 años y Monique, 71 años: "viejas borriquitas y orgullosas de serlo". Fue Thérèse la que tuvo la idea, en 1997, de crear una casa de reposo autogestionada. Debieron esperar hasta el 2003 para que su proyecto se realizara, finalmente. En la actualidad, es cosa hecha y la primera casa del “Babayagas” podrá abrir sus puertas en la bella localidad francesa de Montreuil.

Érase una vez tres "amigas" septuagenarias de Montreuil, que habían decidido tomarle la mano a la vejez. Tras muchas peripecias, están listas para construir su casa de “Babayagas”, primera residencia "autogestionada" y solidaria para mujeres seniors y comprometidas a participar. Después de seis años de lucha, la bonita idea de Thérèse Clerc y sus amigas se prepara para convertirse en realidad.

En Montreuil abrirán el 2006 su casa “Babayagas”, primera residencia "autogestionada", fruto de la imaginación desbordante de esta militante de la Casa de las Mujeres de la ciudad.

Y de su voluntad feroz de cambiar la mirada de la sociedad sobre los más seniors: "Es necesario evitar que nos infantilicen", martilla la volcánica Thérèse Clerc (76 años), "la obrera" del proyecto que lleva con sus dos amigas, Monique Bragard (71 años), y Suzanne Goueffic (72 años).

UNA GRAN APUESTA

Con el "Babayagas" va a ganar su apuesta. Una apuesta tan simple como revolucionaria: inventar el lugar que falta entre la soledad del domicilio particular y la casa de reposo tradicional. Una apuesta inscrita en la arquitectura misma de la casa “Babayagas”, hecha para combinar, bajo su techo, autonomía y solidaridad. El edificio contará con 20 estudios individuales de unos 40 metros cuadrados, alquilados por los residentes y arreglados como bien les parezca. El resto de la residencia se dedicará a los espacios colectivos: de la cafetería al lavadero, pasando por el jaccuzzi de hidroterapia...

Todo ello administrado exclusivamente por los residentes. "Nadie nos va a tratar de abuelitas ", celebra Thérèse. "Nadie nos va a manipular. Somos viejas borricas y orgullosas de serlo!", dice Monique con una gran carcajada... Esta exigencia de autonomía se adaptará, el mayor tiempo posible, a las desventajas de unas y de otras cuando ocurran.

La casa, sin embargo, no está prevista para personas dependientes que deberían albergarse en un establecimiento médico especializado.

Para controlar los pequeños conflictos del día a día, se nombrará a una mediadora exterior, en las reuniones organizadas cada mes, "para que se pueda analizar todo lo que no va", explican las tres mujeres, que sueñan con hacer de su amistad el modelo de vida en “Babayagas”. Y de aplicar su principio más caro: "Nunca irse a dormir enfadadas".

Otro principio esencial: la casa sólo acogerá mujeres. "Si se aceptan hombres, van a querer jugar a los papás”... O, los peores, bromean demasiado a estas feministas de muchas luchas, quiénes precisan, bromeando que “la casa se les abrirá sólo como visitas”.

EXPERIENCIA PROPIA

La idea inicial, Thérèse la obtuvo de su propia experiencia: "Debí ocuparme de mi madre, enferma y postrada durante cinco años. Era extremadamente pesado conllevarlo y me dije que no podía imponer este peso a mis niños. La idea se consolidó poco a poco y, un bonito día, escribí el proyecto en 10 minutos. Era 1997”.

La realización se mide en largos años para el "Babayagas". La lucha termina pagando y ayudado quizá de algún sortilegio heredado de las brujas del cuento ruso a que deben su nombre... Consiguen al principio ganar la confianza de Jean-Pierre Brard, alcalde de Montreuil, quien se manifestó de acuerdo para proporcionar el terreno. Pero fue sólo en el 2003 cuando se dio un paso decisivo. “Todo el mundo se agitó de un golpe a causa de las muertes de seniors a causa del calor, el año pasado”, reconoce Monique Bragard. En noviembre, la oficina HLM de la ciudad aceptó asumir la construcción.

En “Babayagas” hicieron también una apuesta financiera. Gracias a la autogestión, en primer lugar, lograron hacer economías de personal, buena ventaja sobre los establecimientos tradicionales. Gracia a la solidaridad, sobre todo, lograron reducir los costos con relación al mantenimiento del domicilio: "Eso cuesta tan caro como dar de comer a 20 personas", explica Thérèse.

Autónomas, solidarias, las damas del “Babayagas” serán también ciudadanas. Nada de encerrarse en un gueto: "Queremos estar abiertas al mundo y participar e involucrarnos en la colectividad", destaca Martine Bragard.

DEBATES Y FOROS

También esta peculiar residencia será un lugar de debate político: "Los más seniors tienen muchas cosas qué decir al respecto". El “Babayagas” acogerá también a artistas, discutirán de una película, organizarán salidas culturales. Será una casa-foro, casa-taller, y también casa-refugio donde se transmitirán el conocimiento y la experiencia: "Otorgaremos apoyo escolar, acogeremos a jóvenes mujeres en dificultades, en torno a una buena comida cocinada juntos, por ejemplo", se imagina Thérèse Clerc, ya inhalando los sabores de una receta culinaria.

Ciudadanas, libres, autónomas, solidarias, activas... “Babayagas” pretende reconstruir en casa el lugar que la sociedad se niega desde hace tiempo en referencia a los seniors. Y su ideal de “envejecer juntas" no termina de ser emulada. Por todas partes en Francia, el modelo de la casa “Babayagas” retoma la antorcha para crear otras residencias semejantes autogestionadas.

Las amigas de Montreuil, resumen en la expresión de Thérese su felicidad: “A nuestros años, embarcarnos en esta aventura, era lo que siempre habíamos soñado”.

Sin duda, un gran ejemplo de practica de madurez activa.